Hace unos días pude visitar los Molinos de Viento de Campo de Criptana, molinos en los que se podría haber inspirado Cervantes para crear la célebre aventura del capítulo VIII de El Quijote. La tarde era preciosa y saqué esta fotografía en la que he añadido la famosa frase del capítulo 58 de la segunda parte de la novela que habla de la libertad:
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La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos