Ennio Morricone: fue capaz de expresar lo inefable

Hace unas semanas fallecía el genial compositor Ennio Morricone, autor de algunas de las bandas sonoras más inmortales de la historia del cine, como Cinema Paradiso, El bueno, el feo y el malo, o Los Intocables de Eliot Ness. Pero, sobre todo, es imposible no relacionarle en nuestro ámbito con la película La Misión y el oboe del padre Gabriel.

Es interesante leer algunas semblanzas de Ennio Morricone aparecidas en algunos medios en estos días, en particular, aquellas que recogen su dimensión de persona creyente y cómo, a través de la belleza de la música, trataba de acercar a los hombres a Dios.

La música es el único arte real que se acerca verdaderamente al Padre eterno y a la eternidad

En una entrevista recogida en Cinemanet (2015)

Durante esos años (II Guerra Mundial) rezábamos el rosario. Estábamos todos muy impresionados. Me veo de nuevo, medio dormido, respondiendo a los Ave Maria de mi madre. Siempre hemos sido religiosos. Los domingos íbamos a misa y comulgábamos

Reseña de la muerte de E. Morricone en COPE

Todos debemos estar agradecidos a Ennio Morricone, creyentes y no creyentes por igual, pero sobre todo a los creyentes – a los que él pertenecía – por haber sido capaz de expresar lo inefable y lo invisible al mismo tiempo, que son el alma de la religión.

Cardenal Gianfranco Ravasi en Vatican News

Comparte tu comentario